Hoy: “los otros”

En la historia de la humanidad las migraciones siempre han tenido lugar: ellas se repiten y se renuevan en el tiempo y es así que Italia, una vez tierra de emigración, hoy se ha convertido en meta ambicionada por inmigrantes provenientes de países pobres o en vía de desarrollo.

Pero la inmigración, que ahora ya está presente en la vida cotidiana de cada uno de nosotros, se percibe aún después de muchos años, como un fenómeno temporáneo y transitorio y suscita sentimientos de rechazo: se olvida así cuánta parte de las vicisitudes de nuestro país ha estado condicionada por el fenómeno migratorio.

La historia, algunas veces, parece un espejo: a través de los inmigrantes de hoy se devuelve la nuestra imágen , después de cien años. ¿Una “mucama” que deja a sus hijos y viene a Italia no recorre el mismo camino de nuestras nodrizas y no sufre del mismo modo por la lejanía?

¿Un “vu’ cumprà”(1) no recuerda quizás todos los italianos que, en el curso del ochocientos, ejercitaron oficios ambulantes? ¿La explotación de inmigrantes a través de los “jefes” no es parecida al padrone system del cual permanecieron víctimas los italianos en los Estados Unidos?

¿Alojamientos míseros y, al mismo tiempo, costosos no hacen pensar a las barracas habitadas en algunos países europeos por los emigrados meridionales? Habrá que “rendirse” a la evidencia: la gran parte de los inmigrados está en Italia regularmente, está bien inserta en el mundo del trabajo, tiene hijos a menudo nacidos en el país y educados en las escuelas nacionales. Habrá que tomar nota que ya somos, aunque entre muchas dificultades, una sociedad multiétnica y multicultural: una sociedad coloreada aunque todavía muy complicada.