Africa

La emigración italiana en África representa un fenómeno menor respecto a los flujos de los expatriados que se dirigieron al otro lado del océano y hacia el resto de Europa; en cualquier caso, desde los primeros años del siglo XIX encontramos los primeros italianos situados en el norte de África. Se trata de una emigración proveniente sobre todo de la Italia del sur, geográficamente más cercana al continente africano. La presencia italiana en estas regiones aumentará a partir de 1880 aproximadamente, y se concentrará sobre todo en Egipto, donde ya existía una nutrida comunidad italiana de encargados de los trabajos para la apertura del Canal de Suez, y Túnez, países en los que Gran Bretaña y Francia habían instituido sus protectorados.

En los años siguientes, la emigración italiana hacia el continente africano se une a la colonización, que comienza en Eritrea y continúa en Somalia, en Libia y en Etiopía con la anexión de 1936, la constitución del África Oriental Italiana y la proclamación del Imperio.

Con la subida al poder de Benito Mussolini el fascismo intenta encauzar los flujos migratorios de los italianos a América, desviándolos hacia las colonias italianas del África Oriental Italiana (Somalia, Eritrea y Etiopía) y hacia Libia.

Después de la Segunda Guerra Mundial y el posterior proceso de descolonización, comienza la vuelta de muchos italianos, que culmina en 1970 con la subida al poder de Muamar el Gadafi en Libia.

Túnez, Sfax. Trabajadores en el trabajo en una cantera de mármol
Túnez, Sfax. Trabajadores en el trabajo en una cantera de mármol